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3 subgéneros del metal para los amantes del blues rock

¿Eres un alma vieja que se deleita con el alma y el groove del blues rock? ¿Te encuentras hipnotizado por los riffs crudos, los solos expr...

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¿Eres un alma vieja que se deleita con el alma y el groove del blues rock? ¿Te encuentras hipnotizado por los riffs crudos, los solos expresivos y la energía visceral que emana de bandas legendarias como Led Zeppelin, Deep Purple o Black Sabbath en sus inicios? Si tu tocadiscos a menudo gira con los acordes pentatónicos y la voz llena de pasión, pero sientes una curiosidad latente por algo más pesado, con mayor intensidad y una dosis extra de adrenalina, entonces has llegado al lugar adecuado. Prepárate para un viaje audaz a los rincones del metal que, sorprendentemente, comparten más ADN con el blues rock de lo que podrías imaginar.

A primera vista, el blues rock y el metal parecen mundos aparte. Uno evoca la atmósfera ahumada de un club nocturno, el otro la furia atronadora de un estadio. Sin embargo, la verdad es que el metal, en sus raíces más profundas, debe una deuda inmensa al blues rock. Los pioneros del heavy metal, en particular Black Sabbath, tomaron la estructura del blues, la amplificaron, la distorsionaron y le añadieron una oscuridad y un peso sin precedentes. No se trataba solo de volumen; se trataba de capturar la misma emoción cruda y la misma intensidad que el blues, pero con una instrumentación más potente y una actitud desafiante.

El rhythm and blues y el rock and roll sentaron las bases para el rock clásico, y el blues rock refinó esa fórmula, añadiendo virtuosismos de guitarra y una mayor complejidad compositiva. El metal, a su vez, empujó esos límites aún más allá. Si lo que te atrae del blues rock es el énfasis en el riff, el feeling en la guitarra, la base rítmica sólida y la voz con carácter, te sorprenderá descubrir cómo estos elementos se transforman y evolucionan dentro de ciertos subgéneros del metal, manteniendo, sin embargo, esa chispa original que tanto amas.

No se trata de abandonar tus raíces de blues rock, sino de expandirlas. Para el verdadero aficionado al groove y la emoción del blues que busca una experiencia más pesada y contundente, hay un tesoro de bandas en el metal que te harán sentir como en casa. A continuación, te presentamos tres subgéneros del metal que, aunque con su propio sello distintivo, comparten una conexión innegable con la esencia del blues rock, ofreciendo riffs memorables, poderosas voces y una base rítmica que te hará mover la cabeza.

1. Stoner Metal: El groove pesado y psicodélico

Si lo que amas del blues rock es su groove hipnótico, sus riffs pegadizos y esa sensación de que el tiempo se estira y se contrae, el stoner metal es tu puerta de entrada perfecta al mundo del metal. Este subgénero, que surgió en los años 90, es una oda al riff pesado, a menudo con afinaciones bajas, una producción «barrosa» y una marcada influencia psicodélica y de blues.

El stoner metal es el heredero directo del heavy psych de bandas como Blue Cheer y, sobre todo, del sonido proto-metal de Black Sabbath. Piensa en esos riffs monolíticos, lentos y pesados, que se arrastran y se balancean, creando una atmósfera densa y a menudo alucinatoria. Al igual que el blues rock se basa en la repetición de frases musicales para construir tensión y liberar emoción, el stoner metal utiliza riffs cíclicos que te envuelven en su cadencia.

Las características clave que lo conectan con el blues rock son:

  • Riffs protagonistas: El riff es el rey. Bandas como Kyuss, los indiscutibles maestros del género, construyen canciones enteras sobre uno o dos riffs poderosos que evolucionan y se desarrollan, evocando la misma dependencia del riff distintivo que encuentras en el blues rock.
  • Groove y ritmo: A pesar de su pesadez, el stoner metal es inherentemente rítmico. La batería y el bajo trabajan juntos para crear un groove profundo y potente que te incita a moverte, similar a la base rítmica de una banda de blues rock bien engrasada.
  • Voz cruda y bluesy: Muchos vocalistas de stoner metal adoptan un estilo de canto melódico pero crudo, a menudo con un toque de lamento o un grito lleno de feeling, que recuerda a las voces rasposas y emotivas de los cantantes de blues rock.
  • Psicodelia y jam: La influencia psicodélica es palpable, con pasajes instrumentales extendidos, efectos de guitarra como el wah-wah y una sensación de «jam session» que remite a la experimentación de los años 70.

Explora bandas como Kyuss (especialmente Blues for the Red Sun o Welcome to Sky Valley), Sleep (Holy Mountain o Dopesmoker), y Fu Manchu para sumergirte en este groove desértico y pesado.

2. Doom Metal: La melancolía pesada con raíces en el riff

Si lo que te atrae del blues rock es la capacidad de expresar melancolía, angustia o un feeling profundo a través de riffs lentos y pesados, entonces el doom metal es el subgénero que resonará contigo. Nacido directamente de la influencia de los riffs más sombríos de Black Sabbath, el doom metal es la personificación de la pesadez y la atmósfera densa.

Mientras que el blues rock puede tener momentos de ligereza y alegría, también es un género que se presta a la expresión de la tristeza y la resignación. El doom metal toma esa faceta y la magnifica, ralentizando el tempo a niveles opresivos y enfatizando los riffs distorsionados que suenan tan monolíticos como una losa de concreto. No es solo lentitud; es la creación de una atmósfera cargada de fatalidad y desesperación, a menudo con voces que emanan un dolor gutural o un lamento melancólico.

Las conexiones con el blues rock son profundas:

  • El riff como fundamento: Al igual que en el stoner metal, el riff es la columna vertebral. Sin embargo, en el doom metal, los riffs son más lentos, más sombríos y a menudo disonantes, diseñados para aplastar y evocar una sensación de pesadez. Piensa en el riff de «Iron Man» de Black Sabbath, pero llevado a su máxima expresión de lentitud y oscuridad.
  • Expresión vocal emotiva: Aunque las voces pueden variar desde cantos melódicos y operísticos hasta gritos desgarradores, muchas bandas de doom metal emplean vocalistas con un tono profundo y resonante que transmite una emoción palpable, similar a la intensidad vocal de un cantante de blues.
  • Énfasis en el feeling: El doom metal no se trata de velocidad o virtuosismo técnico excesivo (aunque hay excepciones), sino de transmitir una emoción a través del peso y la atmósfera. Es un género que se siente tanto como se escucha, al igual que un solo de guitarra de blues puede comunicar un mundo de emociones con unas pocas notas.
  • Temáticas sombrías: Las letras a menudo abordan temas de desesperación, muerte, fatalidad, mitología o lo oculto, elementos que también pueden encontrarse, de forma más sutil, en las narrativas del blues tradicional.

Sumérgete en el sonido de bandas como Candlemass (Epicus Doomicus Metallicus), Saint Vitus (Born Too Late), y Electric Wizard (Dopethrone) para experimentar el poder abrumador y la emotividad del doom metal.

3. Sludge Metal: La suciedad del blues, la furia del hardcore

Si lo que te atrae del blues rock es su crudeza, su aspereza y su sonido sin pulir, y además te gusta una buena dosis de agresión y un poco de caos, el sludge metal podría ser tu próximo vicio. Este subgénero, desarrollado en el sur de Estados Unidos (particularmente en Nueva Orleans), es una fusión brutal de doom metal, hardcore punk y, crucialmente, las raíces más pantanosas y sucias del blues rock.

El sludge metal se niega a la perfección y abraza la suciedad. Su sonido es a menudo abrasivo, con guitarras fuertemente distorsionadas que suenan como sierras eléctricas, baterías machacantes y voces que van desde un grito desesperado hasta un gruñido gutural. Piensa en la energía incontrolable del early Motörhead, pero con la pesadez del doom y una actitud punk.

Los puntos de conexión con el blues rock incluyen:

  • Sonido crudo y orgánico: A diferencia de subgéneros más pulidos del metal, el sludge metal a menudo busca una producción que enfatice la crudeza y la «sensación en vivo». Es un sonido que se siente menos producido y más directo, similar a la autenticidad del blues.
  • Riffs pegajosos y densos: Aunque son más agresivos y disonantes que en el stoner, los riffs de sludge metal tienen un groove pegajoso y una densidad que remiten a las progresiones de acordes pesadas del blues rock, pero con una capa extra de mugre y ferocidad.
  • Sentido del feeling y la angustia: Hay una profunda sensación de ira, frustración y desesperación en el sludge metal, emociones que también son centrales en el blues. Las voces transmiten una angustia palpable, conectando con la catarsis emocional que se busca en ambos géneros.
  • Influencia del southern rock y el blues del pantano: Muchas bandas de sludge incorporan elementos del rock sureño y el blues pantanoso, creando una atmósfera que evoca el calor y la humedad del sur de Estados Unidos, un lugar donde el blues tiene profundas raíces.

Explora la discografía de bandas como Eyehategod (Take as Needed for Pain), Crowbar (Odd Fellows Rest), y Acid Bath (When the Kite String Pops) para sumergirte en la brutalidad y el alma sucia del sludge metal.

Del pantano a la arena: Un viaje de sonido y emoción

Como hemos visto, el puente entre el blues rock y el metal es robusto y multifacético. Ya sea a través del groove psicodélico del stoner, la melancolía aplastante del doom, o la furia sucia del sludge, el metal ofrece una extensión natural para aquellos que aman la emoción, el feeling y la potencia del blues rock. Estos subgéneros no solo honran sus raíces, sino que las transforman en algo nuevo y emocionante.

Así que, la próxima vez que el wah-wah de una guitarra de blues te tenga hipnotizado, o que un riff lento y pesado te erice la piel, atrévete a cruzar el umbral hacia el metal. Podrías descubrir que la furia y la pesadez no son extrañas, sino viejas amigas con una nueva voz, expandiendo tu amor por la música a nuevos y contundentes horizontes. ¡Tu viaje musical está lejos de terminar!



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