En la historia del metal, algunas bandas empezaron con escasa atención mediática, presupuestos limitados o incluso burlas por parte de la ...
En la historia del metal, algunas bandas empezaron con escasa atención mediática, presupuestos limitados o incluso burlas por parte de la crítica. Pero el fuego de su autenticidad, la lealtad de sus seguidores y el peso de su música las convirtieron en titanes del género. Aquí te presentamos cinco ejemplos que demostraron que la grandeza puede surgir de los comienzos más humildes.
1. Pantera – De glam olvidable a fuerza demoledora del groove metal
Pantera comenzó en los años 80 como una banda de glam metal, estilo que no logró destacar. Todo cambió cuando Phil Anselmo se unió y, con el álbum Cowboys from Hell (1990), dieron un giro radical hacia un sonido más agresivo y sincero. Vulgar Display of Power consolidó su estatus como referente absoluto del metal moderno.
2. Slipknot – Nueve enmascarados que nadie tomó en serio… al principio
Cuando Slipknot apareció con máscaras inquietantes y una mezcla caótica de estilos, muchos pensaron que eran solo una moda pasajera. Su álbum debut homónimo (1999) explotó en la escena, y hoy son una de las bandas más reconocibles e influyentes del metal del siglo XXI.
3. System of a Down – Una rareza armenio-americana que desafió todas las etiquetas
Con un estilo inclasificable y letras profundamente políticas, muchos no sabían qué hacer con System of a Down al principio. Sin embargo, su talento y originalidad convirtieron álbumes como Toxicity en piezas esenciales del metal alternativo. Ahora son voz y símbolo de lucha para muchos.
4. Sabaton – Ridiculizados por cantar sobre historia… ahora llenan estadios
Cuando Sabaton comenzó a fusionar power metal con relatos bélicos, algunos los tomaron como una banda de nicho. Hoy, gracias a su poderosa puesta en escena y letras épicas, son una banda bandera del metal europeo, con legiones de fans que corean batallas como si fueran himnos.
5. Lamb of God – Pasaron años en el underground antes de explotar
Durante años, Lamb of God estuvo circulando en la escena underground, sin demasiada visibilidad fuera de los círculos más pesados. Su disco Ashes of the Wake (2004) los catapultó a la élite del metal moderno con una propuesta directa, técnica y brutalmente honesta.
Foto: Internet
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