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Internet bajo vigilancia

http://www.rsf.org/article.php3?id_article=7283 Internet en Cuba aparece como un fenómeno limitado y estrechamente vigilado, con el acceso s...

http://www.rsf.org/article.php3?id_article=7283

Internet en Cuba aparece como un fenómeno limitado y estrechamente vigilado, con el acceso sometido a autorización y el racionamiento de los equipos necesarios.

El desarrollo de la red informática y de los recursos de Internet se presentó como una prioridad nacional en Cuba. El Ministro de Informática y Comunicaciones, Roberto Ignacio González Planas anunció, en octubre de 2002, en el diario oficial Granma Internacional, que en la isla se había triplicado el número de ordenadores en dos años, y que la fibra óptica enlazaba La Habana con Camagüey (Centro), a la espera de llegar hasta Santiago (Este).

Sin embargo, las restricciones materiales continúan siendo el principal obstáculo para una extensión de la Red al gran público. Por una parte, la densidad telefónica no pasa de cuatro líneas por cada cien habitantes. Por otra, el coste prohibitivo de las comunicaciones telefónicas internacionales (dos dólares por minuto, a Estados Unidos) y la escasez de líneas internacionales, concedidas con criterios políticos y estrechamente vigiladas, impiden cualquier conexión a través de un proveedor de acceso situado en el extranjero. Luis Fernández, portavoz de la Sección de Intereses Cubanos en Washington, se refiere al embargo para justificar el racionamiento de materiales : "Si no tuviéramos que hacerle frente, habría ordenadores para todo el mundo".

Una explicación que omite el hecho de que los equipos necesarios, incluidos los más recientes, solo están disponibles en los almacenes especializados del Estado, a los que únicamente pueden acceder las personas autorizadas. Y que olvida igualmente que un decreto del Ministerio de Comercio Interior prohibe, desde enero de 2002, la venta a particulares, en los almacenes del Estado, "de ordenadores, impresoras, policopiadoras, fotocopiadoras y todos los demás instrumentos de impresión masiva". Si se considera indispensable una compra del género, debe solicitarse una autorización al Ministerio de Comercio Interior. Antes de esa fecha ya estaba prohibida la venta de modems al público. En esas condiciones, Internet aparecía en Cuba como un fenómeno limitado, mientras que las empresas informáticas cubanas demuestran un perfecto dominio de esta nueva tecnología.

Prioridad a las instituciones

El gobierno ha legislado desde la aparición de Internet en la isla. En junio de 1996, el decreto-ley 209, titulado "Acceso desde la República de Cuba a la red informática global", precisa que no se puede utilizar "violando los principios morales de la sociedad cubana y los textos legales del país", y que los mensajes electrónicos no deben "comprometer la seguridad nacional".

Para conseguir la acreditación obligatoria, los cubanos que quieren disponer de un acceso a Internet, o utilizar los puntos de acceso abiertos al público, tienen que dar una "razón válida" y firmar un contrato de utilización, con cláusulas restrictivas. Según el decreto-ley 209, el acceso se concede "en virtud de reglamentos que dan prioridad a las entidades e instituciones que pueden contribuir a la vida y el desarrollo de la nación". Pueden conseguirlo, a ese título, al margen de las embajadas y sociedades extranjeras, las personalidades políticas, los altos funcionarios, intelectuales, profesores universitarios, investigadores y periodistas oficiales, los ejecutivos de empresas culturales dedicadas a la exportación o de empresas de informática, así como la jerarquía católica. Las sociedades cubanas exportadoras tienen acceso a la mensajería electrónica nacional y al Intranet nacional.

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