Han sido meses complicados para Google. El gigante de Internet recibió una demanda por monopolio que casi le obliga a desprenderse de uno ...
Han sido meses complicados para Google. El gigante de Internet recibió una demanda por monopolio que casi le obliga a desprenderse de uno de sus productos estrella: Google Chrome. Por suerte, al final la compañía matriz de Alphabet ha tenido suerte, y no tendrá que vender su navegador a sus rivales. Aunque el fallo judicial le va a salir bastante caro también.
En octubre de 2020, el Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó una demanda histórica contra Google en la cual se le acusaba de violar la Sección 2 de la Ley Sherman, la cual prohíbe llevar a cabo prácticas monopolísticas y facilitar la entrada de nuevos competidores al mercado. En la demanda se acusaba a Google de tener un monopolio en las búsquedas, con un 90% de cuota en Estados Unidos, y hasta un 95% en móviles. Además, le acusaban de firmar acuerdos de miles de millones con Apple, Samsung, Mozilla y AT&T para ser el buscador motor de búsqueda predeterminado en navegadores, dispositivos y redes. Estos contratos impedían que otros motores de búsqueda alternativos, como Bing o DuckDuckGo, pudieran competir en igualdad de condiciones.
Google ha defendido que sus acuerdos son legales y buscan el beneficio y la comodidad de los usuarios, acusando al Departamento de Justicia de castigar su éxito en vez de una conducta ilegal. Finalmente, en una resolución emitida el 2 de septiembre de 2025, el juez Amit Mehta del Tribunal de Distrito de Washington dictaminó en el caso Estados Unidos et al. vs Google (N° 1:20-cv-03010) que la compañía violó la Sección 2 de la Ley Sherman al mantener ilegalmente un monopolio en el mercado de búsquedas.
Una de las sanciones que se barajaban para Google era la obligación de desprenderse de Google Chrome, el buscador, para rebajar la presión del mercado y facilitar a los usuarios la posibilidad de crecer. Y, desde entonces, no tardaron en aparecer empresas con intención de comprar Chrome, siendo OpenAI una de las favoritas. Por suerte para la compañía, al final no va a tener que decir adiós a su navegador estrella.
| Lo que Google ya NO puede hacer | Lo que Google SÍ puede seguir haciendo |
|---|---|
| Firmar contratos de exclusividad que impidan a fabricantes preinstalar productos competidores | Mantener la propiedad y operación de Chrome |
| Otorgar posición exclusiva a Google Search, Gemini AI, Play Store y asistente virtual en dispositivos | Conservar el control total de Android |
| Retener datos clave de búsqueda sin compartirlos con competidores autorizados | Pagar acuerdos predeterminados por más de 26.000 millones de dólares anuales |
| Aplicar restricciones adicionales a las licencias de Play Store | Mantener contratos existentes con Samsung, Motorola, AT&T y Verizon |
| Vincular forzosamente productos para proteger posiciones monopolísticas | Continuar operando sus servicios principales de búsqueda y publicidad |
| Imponer pagos restrictivos por ingresos a desarrolladores | Presentar recursos de apelación que podrían retrasar la implementación |
Límites en los contratos de Google y poco más
Al final, la resolución judicial no obliga a Google a desprenderse de Chrome ni de Android, como se creía al principio. No obstante, sí que obliga a la compañía a llevar a cabo cambios profundos tanto en sus contratos como en sus prácticas de distribución.
El primero de los cambios es el fin de los contratos de exclusividad. Google ya no podrá firmar ni mantener acuerdos exclusivos relacionados con ninguno de sus productos, entre los que destacan Google Search, Chrome, Assistant ni Gemini. Tampoco podrá aplicar restricciones adicionales, como condicionar licencias de Play Store o pagos por reparto de ingresos, no podrá exigir que los productos de Google permanezcan más de un año instalados en los dispositivos, ni impedir que sus socios distribuyan productos de sus rivales (como apps, motores de búsqueda, IA, etc). Lo que sí podrá seguir haciendo Google es pagar a fabricantes y compañías para que sus apps vayan preinstaladas o aparezcan en posiciones destacadas. Así, en la práctica, Google puede seguir incentivando económicamente su posición de privilegio, una estrategia que, según analistas de competencia, mantiene su ventaja competitiva al conservar el «poder del defecto» en la mayoría de dispositivos.
Google tendrá también que compartir datos con competidores. Entre la información que tendrá que dar se encuentran ciertos datos de su índice de búsqueda y de interacción de usuarios con competidores. Pero, por otro lado, no estará obligado a compartir datos relacionados con la publicidad. La compañía tampoco debe ofrecer a sus competidores condiciones comerciales diferentes a las actuales.
Por último, no se han impuesto límites a futuras inversiones o compras que Google pueda llevar a cabo en áreas como la búsqueda, la publicidad o la IA.
Reacciones al fallo
Aunque esta demanda ha tenido consecuencias para Google, al final el desenlace ha sido mejor de lo esperado. Y una muestra de ello es que las acciones de la compañía, GOOGL, han subido un 7% tras conocer la decisión de la resolución.
Por otro lado, los competidores de Google, como DuckDuckGo, han mostrado su descontento con la resolución. Gabriel Weinberg, CEO de DuckDuckGo, ha expresado en la cuenta de Twitter de la compañía que no cree que las medidas ordenadas por el juez sean las adecuadas para frenar las conductas ilegales de Google y obligarle a competir en igualdad de condiciones.
DuckDuckGo@DuckDuckGoA statement from our CEO on the US v Google remedies:«We do not believe the remedies ordered by the court will force the changes necessary to adequately address Google’s illegal behavior. Google will still be allowed to continue to use its monopoly to hold back competitors,
02 de septiembre, 2025 • 23:23
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